El dato que explica el impacto de César Tárrega en el Valladolid

El futbolista del Valencia CF cedido en Pucela ha puesto el cerrojo y con él apenas reciben un gol cada 262 minutos

En los últimos 135 minutos que no ha estado el Valladolid ha encajado un tanto cada 33 minutos

César Tárrega en un partido con el Real Valladolid

César Tárrega en un partido con el Real Valladolid / Redacción SD

Pau Pardo

Pau Pardo

La opinión de que el fichaje de César Tárrega ha sido una de las principales claves para ascender es prácticamente unánime en Valladolid. El futbolista de Alaquàs llegó en invierno y le dio un salto de calidad total a la defensa de Paulo Pezzolano, ganándose el cariño de la afición blanquivioleta.

Todos los datos refuerzan la idea de que ha sido un futbolista diferencial, pero quizás uno de los más significativos lo aportó Alberto Cuesta en su cuenta de 'X' y es que en los 1311 minutos en los que Tárrega ha estado sobre el campo con la camiseta del Valladolid, el equipo solamente ha encajado cinco goles (un gol cada 262 minutos). Por el contrario, en los últimos 135 en los que ha estado en el banquillo, el Pucela se ha llevado cuatro (un gol cada 33 minutos).

Crecimiento

Con él sobre el campo, el Valladolid ha conseguido dejar la portería a cero un total de diez veces y ha estado por encima del siete en valor estadístico en once de sus encuentros en su estreno en Segunda División, un impacto total para un futbolista que no contaba con apenas bagaje en el fútbol profesional, en el que ha aterrizado por todo lo alto. Tárrega ha confirmado en la élite las condiciones que ya se le veían. A nivel de duelos físicos ha sobresalido ganando cerca del 60 por cien de media, ha recuperado más de cuatro balones por partido, cerca de cuatro despejes y apenas le han regateado una vez cada dos partidos. Su defensa ha sido principalmente física y pegajosa. Con el Valladolid también ha salido de la ‘zona de confort’ en términos tácticos, pues acostumbrado a defender en bloque bajo en el Valencia ha experimentado hacerlo a muchos metros de su propia portería, teniendo que gestionar mejor los espacios a la hora de replegar y también encimar rápido para tratar de evitar que los delanteros consiguieran girarse y armar el ataque. Con el balón en los pies, por último, no es una de sus especialidades, pero se le ha visto especialmente acertado en balones largos y en cambios de sentido del juego desde atrás.