CRÓNICA

La cabeza de Hugo Duro da una victoria llena de corazón (1-0)

Una fantástica parada de Mamardashvili deja los tres puntos en Mestalla

Hugo Duro celebra un gol contra el Athletic

Hugo Duro celebra un gol contra el Athletic / JM López

Pascu Calabuig

Pascu Calabuig

La afición del Valencia disfrutó de un heroico triunfo (1-0). Con un plan defensivo perfecto, los de Rubén Baraja neutralizaron al potente Athletic Club, al que noquearon a la hora de juego con un cabezazo impecable del goleador Hugo Duro. Una victoria con la que los blanquinegros se reponen de la herida de la eliminación copera y traspasan la barrera de los 30 puntos tras 21 jornadas. Con 32 unidades, el Valencia tiene la salvación virtualmente conseguida y duerme séptimo, empatado con el sexto, la Real Sociedad. Toca Europa. 

Pese a volver a vestir el mejor de los trajes disponibles en el armario, con el regreso al once de hombres como Mamardashvili, Gayà o Guillamón, el Valencia CF no tuvo más remedio que ceder el control a uno de los conjuntos más en forma de la Liga. Mientras el Athletic se apoderaba del balón tratando de asfixiar a los de Baraja, estos fiaron su supervivencia a la solidez de las dos líneas de cuatro y a algún posible zarpazo al contragolpe.

Conforme al plan previsto, los murciélagos dieron signos de vida con un disparo de Sergi Canós que terminó en saque de esquina y, minutos más tarde, un disparo de Fran Pérez contra la red exterior de Unai Simón. Canós bramaba enfadado porque el canterano no atendió su desmarque. El hijo de Rufete le pidió calma. Las revoluciones del duelo subían y pronto sobrevino el primer aviso de Nico Williams desde el perfil zurdo. Mamardashvili se hizo con la pelota con las manos cerca de la hierba.

Lesión de Canós

La actividad inicial del motivado Canós se truncó de cuajo al caer lesionado de los isquiotibiales de la pierna izquierda. Tanto en el campo como en el banquillo, todos en el Valencia, percibieron enseguida que el percance era serio. Baraja dio entrada a Roman Yaremchuk y desplazó a Diego López a la izquierda. Una de las escasas alternativas en el sencillo abc ofensivo de los de Mestalla. 

Con el paso de los minutos, los leones marcaron el dominio del territorio, al tiempo que la afición contenía el aliento comprobando como la única manera de competir consistía en no acudir a un cara a cara suicida. Cerca de la media hora, el pequeño de los Williams volvió a quedarse frente a Mamardashvili tras la combinación rápida del mediocampo vasco. El georgiano respondió de nuevo con seguridad.

Sin embargo, perfectamente consciente de sus virtudes y defectos, el Valencia supo esperar su momento sin que nunca escatimase el esfuerzo. A tres minutos del descanso, un robo del infatigable Fran Pérez derivó en un servicio al área que Hugo Duro dejó atrás para la carrera de Guillamón. El chut, fuerte y elevado, se fue fuera, pero la cara de Unai Simón reflejaba el temor a un rival que no se rinde

Después los instantes finales del primer acto se consumieron con un alud de córners ejecutados con la certera pierna diestra de Pepelu. En el último de ellos, el portero de la 'Roja' salvó con el talón el gol de cabeza de Yaremchuk. Cuando el público cantaba el 1-0 el balón se marchó para un último servicio de esquina que el colegiado, Juan Luis Pulido, no concedió.

Gayà y Lekue, pujando por una pelota en Mestalla

Gayà y Lekue, pujando por una pelota en Mestalla / JM López

La segunda mitad comenzó con el Valencia dando un paso al frente, decidido a inquietar todavía más a un Athletic que no había sabido sacar ventaja de su superioridad en el juego frente a un equipo valencianista al que el 'Pipo' Baraja ha convertido en uno de los más rocosos de la Liga. La principal de las fortalezas que han permitido a los de Mestalla escapar, aunque sea momentáneamente, de la zona de mediocridad de la Liga.

No obstante, fue el Athletic el primero en mostrar en las garras en los segundos 45 minutos. Oihan Sancet remató desviado un centro desde la derecha del capitán vasco, Íñigo Lekue. Diez minutos más tarde llegó la hora de Hugo Duro. El encargado de aumentar el valor del trabajo colectivo a través del gol. Primero marró el remate, pero a la segunda el madrileño, que vive la temporada más dulce de su carrera, no fallaría. Diego López cedió a Gayà. Desde la esquina izquierda, el capitán colocó un globo perfecto al segundo palo. Allí Duro se elevó para cabecear con la sien la pelota a la red. Inalcanzable para Unai (1-0, m. 60).

La parada decisiva de Mamardashvili

El mérito del Valencia se agrandó hasta el final mientras Mestalla disfrutó de la entrega de cada uno de sus jugadores. La concentración, la solidaridad y el sacrificio para tapar cada espacio libre desmoralizó a un Athletic, tercero de la competición, que no encontró la manera de perforar la defensa local. La mejor aproximación de los leones cayó a 11 minutos del 90. El recién ingresado Unai Gómez conectó un zurdazo en el interior del área. Seco, cruzado y duro. Un obús con muchas opciones de acabar en la red si en la portería no hay un coloso en el estado de forma por el que pasa Mamardashvili. La manopla del georgiano, que se abalanzó en un instante para matar la ocasión, evitó el empate.