Que fumar es perjudicial es un dato contrastado científicamente. Tampoco hay duda sobre el hecho de que la mejor decisión que se puede tomar es no empezar este hábito y, si ya se ha empezado, la mejor opción es siempre dejar por completo el tabaco y la nicotina1, porque provoca enfermedades graves y es un hábito adictivo.
Y, a pesar de lo grandes esfuerzos de gobiernos e instituciones en la implementación de las tradicionales políticas de prevención y cesación del tabaquismo. Sin embargo, en la actualidad hay cerca de 9 millones de fumadores en España, más de 1.000 millones en todo el mundo.
Conceptos erróneos sobre el hábito de fumar
Existe aún una gran desinformación alrededor del hábito de fumar y las alternativas al cigarrillo. Algunos de estos conceptos erróneos pueden dificultar la toma de decisiones informadas de los fumadores adultos que no dejan de fumar.
Por ejemplo, a menudo existe cierto desconocimiento sobre el papel de la nicotina como causante de enfermedades relacionadas con el tabaquismo, y esto puede actuar como una barrera que impida a los adultos, que de otra forma seguirían fumando, considerar el uso de alternativas sin humo en su lugar. La nicotina es una de las razones por las que los adultos fuman, junto con otros factores, como el sabor y el ritual. Es adictiva y no está exenta de riesgo, pero no es la principal causa de enfermedades relacionadas con fumar.
Entonces, ¿qué es lo más dañino? Al encender un cigarrillo, se desencadena un proceso de combustión que alcanza temperaturas altísimas, y se genera humo. Éste contiene más de 6.000 sustancias químicas, de las cuales alrededor de 100 han sido identificadas por las autoridades de salud pública como nocivas o potencialmente nocivas. Son estos elevados niveles de sustancias químicas tóxicas presentes en el humo de un cigarrillo la causa principal de las enfermedades relacionadas con fumar, no la nicotina.
Datos clave sobre las alternativas sin humo
Una encuesta realizada en España por la agencia de investigación independiente Povaddo en 2023 (encargada por Philip Morris Spain) nos revela que cerca de la mitad de los encuestados (45%) afirma haber recibido información contradictoria o poco clara sobre los cigarrillos electrónicos o los dispositivos para tabaco calentado en los últimos seis meses.
Asimismo, 7 de cada 10 fumadores adultos españoles considerarían cambiar a alternativas menos dañinas si tuviesen claridad sobre las diferencias con los cigarrillos y la ciencia que hay detrás de las mismas.
La clave de estos nuevos productos sin combustión está en que no queman el tabaco y, por tanto, no generan humo, reduciendo de manera significativa los niveles medios de sustancias químicas nocivas generadas en comparación con el humo del cigarrillo.
Por todo ello es tan importante contar con información avalada por la evidencia científica. Los mitos y los conceptos erróneos están por todas partes, y puede resultar difícil identificarlos. Y por eso, todos merecemos acceder a información precisa y conocer los datos, para tomar decisiones informadas, especialmente cuando se trata del hábito de fumar.
1La nicotina es una sustancia adictiva presente de manera natural en la hoja de tabaco. Aunque no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar, no es inocua y está contraindicada para determinados perfiles (menores, embarazadas, lactantes, diabéticos, personas con hipertensión o insuficiencias cardiacas).