Las redes arden por lo que sucedió durante la publicidad de Ni que fuéramos Sálvame en Ten

El mundo de la telebasura sigue muy presente entre nosotros. La cancelación de Sálvame por caída de audiencia y, sobre todo, la pésima imagen que mostraba la cadena, no es el final. Telecinco quiso salvar a Jorge Javier dándole un programa muy personal llamado 'Cuentos chinos' y, como era de esperar, fue un fracaso rotundo que duró menos en pantalla que sus anuncios de promoción. Ya te lo avisamos aquí.

Ahora, un año después de su retiro, regresó para conducir Supervivientes. Poco tardó la cadena en decidir que debía ser su presentador estrella en esta nueva etapa. Daba igual que insultara a la audiencia, a compañeros o a rivales. Su carácter es lo de menos y los ultras de los programas no miran quién lo presenta. De ahí, que le coloquen de nuevo como presentador de Gran Hermano mientras intentan rescatar algo de share colocándole por la tarde en decrimento de Sandra Barneda y con la idea de ayudar a TardeAR. Hablamos de 'El diario de Jorge'. Muy poco original, pero programa perfecto para 'charos desocupadas'.

'Ni que fuéramos Sálvame'

La cosa es que todo el jaleo de la telebasura tiene hueco en varios programas, sobre todo en 'Fiesta'. Pero no hay que olvidarse que las caras más reconocidas de este mundillo han terminado recalando en 'Ni que fuéramos Sálvame'. Bueno, la productora les instó a omitir precisamente el nombre del programa original que se emitía en Telecinco. Es un programa nuevo que presenta María Patiño, como si fuera su nuevo amor. Tienen invitados, colaboradores y publicidad y todo pasa por su creciente audiencia. No olvidemos que Sálvame se canceló con share superior al que presenta actualmente la cadena (sí, con mucha peor imagen). Precisamente, las redes arden por lo que sucedió durante la publicidad de 'Ni que fuéramos Sálvame' en Ten.

Marta Riesco y Víctor Sandoval fueron los protagonistas. Ella, criticada duramente por la audiencia y las propias redes en los últimos días tras el enfrentamiento con Belén Esteban. Decidieron ponerse a cantar con una voz que debería estar prohibida, por lo menos en televisión. Unos gritos irritantes, como si se hubiera pillado una parte imporante de su anatomía con un cajón el bueno de Víctor, despertó a más de uno de la siesta. Hubo quien promeó incluso con que los basos sobre la mesa no contenían agua.